Los empleados gubernamentales en China están recurriendo a la inteligencia artificial (IA) y a sistemas de escritura automatizada para simplificar la gestión de documentos en el ámbito burocrático y hacer frente al volumen masivo de papeleo generado por la administración pública del país.
Según reportó el periódico hongkonés South China Morning Post, esta práctica, cada vez más común, permite a los funcionarios automatizar actividades repetitivas como la redacción de informes, la revisión de documentos y la producción de textos estándar.
Plataformas como Miaobi, desarrollada por la agencia de noticias Xinhua, y Xinghuo, ofrecida por iFlyTek, se encuentran entre las herramientas más utilizadas por los funcionarios chinos para estos fines.
No obstante, estas herramientas presentan ciertas limitaciones, dado que no siempre están al día con las políticas y directrices más recientes.
Si bien las herramientas de inteligencia artificial son efectivas para tareas rutinarias y la redacción de documentos de uso cotidiano, no son adecuadas para la creación de discursos persuasivos o textos que requieran originalidad y creatividad.
Según Chen, un funcionario del gobierno municipal de Pekín, estas herramientas básicamente generan textos estándar. Si se busca un discurso impactante para un superior, la inteligencia artificial no sería la mejor opción.
También se emplean para generar informes de adoctrinamiento ideológico obligatorio para los miembros del Partido Comunista, destaca el medio de la ex colonia británica.
Algunos funcionarios jóvenes recurren también a los robots de escritura para mejorar su caligrafía, aunque pueden ser identificados por la uniformidad o la mejora súbita en su letra, según detalla la agencia Efe.
Aunque existen robots de escritura de alta gama que imitan la caligrafía del dueño, aún no son completamente perfectos.
«Aquellos con una letra deficiente tienden a utilizar esta tecnología por temor a que sus superiores los perciban como descuidados. En la burocracia, tener una buena letra es significativo, ya que los chinos consideran que refleja el carácter de la persona», señaló Chen.
A pesar de que no existen pautas específicas sobre el uso de IA o robots para redactar informes gubernamentales, sí hay normativas y regulaciones que supervisan este ámbito.
Usualmente, los subordinados utilizan esta tecnología para tareas rutinarias bajo la supervisión de sus superiores.
«Es bastante común entre los empleados jóvenes, quienes tienen habilidades tecnológicas. He visto cómo emplean herramientas de IA en sus computadoras. Acordé permitirles probarlo, siempre y cuando la redacción que entreguen sea aceptable», mencionó Tim Tian, jefe de sección en el gobierno provincial de Zhejiang.
A finales del año pasado, el Ministerio de Ciencia y Tecnología de China emitió unas pautas que prohíben el empleo de IA generativa para la elaboración directa de declaraciones en documentos de investigaciones científicas.
Estas directrices, dadas a conocer en diciembre de 2023, aplican a investigadores, instituciones de investigación científica, universidades, entidades médicas y de salud, y otros organismos relacionados con este ámbito.
El gigante asiático aprobó una regulación provisional en julio pasado para supervisar los servicios de inteligencia artificial generativa similares a ChatGPT, los cuales estarán sujetos a «los reglamentos vigentes en materia de seguridad de la información, protección de datos personales, propiedad intelectual y avance científico y tecnológico».
En los últimos meses, varios gigantes tecnológicos chinos como Baidu, Tencent o Alibaba han presentado servicios basados en inteligencia artificial, aunque ha surgido interrogantes sobre la aplicación de esta tecnología en el país asiático debido a la estricta censura impuesta por las autoridades.