La última creación de Tesla, la Segunda Iteración de Androides Automatizados conocida como «Optimus Gen 2», marca un punto de inflexión en la industria robótica, representando un avance significativo en la fusión de tecnologías de vanguardia para crear entidades mecánicas más eficaces y precisas, capaces de ejecutar labores con una meticulosidad sin igual. Este nuevo hito presentado por Tesla tiene como objetivo principal delegar tareas repetitivas, liberando a los seres humanos de ocupaciones monótonas y, a veces, peligrosas.
Inicialmente, el «Optimus Gen 2», también conocido como el Autómata Tesla, fue recibido con dudas por parte de muchos observadores ajenos al círculo de seguidores de Tesla. Los primeros prototipos apenas podían desplazarse y saludar, mostrando un desarrollo incipiente. Sin embargo, la visión de Tesla ha sido transparente desde el principio: capitalizar su experiencia en inteligencia artificial, baterías y motores eléctricos para producir androides con habilidades humanas.
Entre las mejoras más notables del «»Optimus Gen 2» destacan los actuadores y sensores diseñados exclusivamente por Tesla, los cuales posibilitan movimientos e interacciones más sutiles y precisos. Este androide ha logrado incrementar su velocidad de marcha en un 30% y reducir su peso en 10 kg, lo que mejora su estabilidad y funcionalidad. Además, se le han añadido pies con capacidades de detección de fuerza y par, así como segmentos de dedos articulados, otorgándole una anatomía semejante a la del pie humano.
Una de las innovaciones más sobresalientes se encuentra en las manos del autómata, ahora equipadas con sensores táctiles en cada dedo, permitiendo la manipulación de objetos delicados con una precisión y sensibilidad notables. Se ha demostrado que este androide puede recoger un huevo con una mano, trasladarlo a la otra y depositarlo con cuidado, sin causar daño alguno.
El Optimus Gen 2 no solo representa un avance en la destreza física para la ejecución de labores, sino que, bajo la visión de Elon Musk, se espera que desempeñe un papel crucial en la estrategia a largo plazo de Tesla. Musk ha sugerido que este androide podría ser fundamental para el «valor a largo plazo de Tesla», anticipando una potencial demanda de hasta 10 a 20 mil millones de unidades, y planea integrarlo pronto en las operaciones de manufactura de Tesla antes de ponerlo a la venta.
Este logro no solo refleja el compromiso de Tesla con la innovación, sino que también plantea cuestiones intrigantes sobre el futuro laboral, la integración de la inteligencia artificial en la vida diaria y cómo la robótica avanzada podría transformar las relaciones entre humanos y máquinas.